saludinfantil.com Criptorquidia en niños |
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Entendemos por Criptorquidia la ausencia de uno o ambos testículos en las bolsas escrotales. Este término no es sinónimo de Anorquia, que es la ausencia de alguno de los testículos, bien por que no se han formado o por haber desaparecido por algún motivo. En condiciones normales consideramos que el recién nacido debe presentar los dos testículos en el interior del escroto que es la bolsa situada por debajo y detrás del pene. En ocasiones algunos niños tienen vacías estas bolsas, solo la de un lado, o ambas. En estos casos el Pediatra en la exploración rutinaria debe buscar el o los testículos en su trayecto de descenso, esto es, a lo largo del canal inguinal (por encima y a los lados del pene) pues con frecuencia son palpables a este nivel como una alubia pequeña y dura sin que esta maniobra cause dolor. Puede confirmarse mediante una ecografía que se trata de un testículo y no de una adenopatía (ganglio regional), aunque en manos expertas no suele ser necesario. En aquellos niños en que el testículo no se palpe será necesario realizar una ecografía pélvica con objeto de buscar en el interior del abdomen el testículo ausente. Esta ecografía ofrece pocos resultados positivos, sobre todo en niños pequeños, por lo que si es negativa no debe desanimarnos. Mejores resultados ofrece la laparoscopia en esta búsqueda aunque esta prueba debe realizarse bajo anestesia general y suele considerarse generalmente en niños de más de 18 meses. El objetivo final debe ser que antes de los 2 años ambos testes se encuentren alojados en el escroto. Es frecuente (más del 80% de los casos) que a lo largo de los primeros 12-18 meses de vida se produzca el descenso espontáneo de los testes, no siendo necesario realizar intervenciones quirúrgicas con anterioridad a esta edad salvo por la presencia de una hernia inguinal sintomática asociada. Sin embargo cuando a partir de los 18 meses los testes permanecen ausentes o en el canal inguinal debe considerarse la necesidad de mediante una sencilla intervención proceder a su definitivo alojamiento escrotal. Esta cirugía se realiza bajo anestesia general y requiere una mínima hospitalización (menos de 24 horas) considerándose como de bajo riesgo. Excepcionalmente en niños muy pequeños con testículos intraabdominales, puede ser necesario realizar el descenso en 2 intervenciones separadas al menos 6 meses con objeto de permitir el crecimiento de los vasos testiculares que en estos casos son cortos. La demora quirúrgica con intervenciones en adolescentes o preadolescentes, conlleva la disminución lenta y progresiva de la capacidad reproductora del testículo no descendido y en adultos se ha descrito su malignización. Cuando en estos niños mayores o adultos en la intervención quirúrgica encontramos un teste atrófico o rudimentario, lo mas conveniente es extirpar estos restos para evitar su posterior degeneración.
Dr. Ricardo Diez García Especialista en Cirugía Pediátrica |
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Fecha de actualización: 2004 |
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