saludinfantil.com Hipospadias |
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El hipospadias es una malformación congénita que afecta entre 2 y 8 varones de cada mil recién nacidos. Consiste en la ausencia de un segmento de la uretra distal de longitud variable de manera que el meato uretral del niño puede situarse en cualquier punto entre las proximidades del ano y el vértice del glande que es su lugar teórico. Esta ausencia de uretra puede determinar la presencia de un tejido fibroso denominado "chorda" que incurva el pene. El tratamiento del hipospadias es siempre quirúrgico. Aproximadamente le 20% de los niños con hipospadias presentan otras anomalías asociadas de diversa localización. Dentro de estas, las más frecuentes se sitúan en el aparato urológico, pero pueden ser de cualquier otro aparato o sistema: cardiacas, orofaciales, óseas, digestivas, etc... Los hipospadias se clasifican de acuerdo a la posición del meato del niño, estableciéndose 3 grandes grupos: anterior (meato situado en el glande o en el surco próximo), medio (meato a nivel del cuerpo del pene) y posterior (penoescrotal o perineal). Hoy se admite que la corrección quirúrgica de un hipospadias debe estar finalizada antes de que se inicie la edad escolar. Por tanto el tratamiento debe ser precoz, antes de que el niño establezca su patrón corporal definitivo. La elección de la técnica quirúrgica más adecuada dependerá del tipo de hipospadias y de la experiencia del cirujano. El número de técnicas disponibles es casi tan amplio como los tipos de hipospadias. Los objetivos a satisfacer mediante el tratamiento quirúrgico en todos los enfermos son: - permitir una erección normal, sin incurvaciones del glande, - situar el meato uretral lo más distal posible, o sea, en el vértice del glande, - evitar estrecheces y defectos de calibre que dificulten el flujo de orina, - si es preciso utilizar colgajos cutáneos o injertos, evitar la presencia de piel en ellos, - evitar la formación de fístulas en el trayecto de la orina, - conseguir un pene lo más estético que sea posible y a la menor edad, - procurar una corrección definitiva en el menor número de intervenciones posibles. Las complicaciones postoperatorias varían desde la formación de hematomas con o sin infección de las suturas, a la persistencia de las incurvaciones o la formación de fístulas o estenosis. Lógicamente las dificultades derivadas de la posición del meato condicionarán aquellas. Dr. Ricardo Diez García Especialista en Cirugía Pediátrica
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Fecha de la última actualización: 2004 |
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