saludinfantil.com Reflujo gastroesofágico en niños |
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El reflujo gastroesofágico (RGE) es hoy considerado normal en todos los lactantes, siendo patológico únicamente cuando la frecuencia de los episodios de reflujo está aumentada en comparación con los niños asintomáticos y da lugar a dificultad para la ganancia adecuada de peso u otros síntomas. Los síntomas clínicos principales son la presencia de vómitos, la esofagitis y los síntomas respiratorios. Los vómitos son el síntoma más común en los lactantes que presentan RGE. Puede producirse en cualquier momento del día o la noche y se caracteriza por realizarse sin esfuerzo. Se frecuencia e intensidad pueden ser la causa de una inadecuada ganancia de peso y puede provocar problemas psicosociales. Cuando son frecuentes (patológicos) causan esofagitis por lo que el lactante se mostrará irritable, con alteración de los ciclos del sueño, y rechazo del alimento por dolor retroesternal durante la ingesta (pirosis característica de los niños mayores y adultos). Esta inflamación del esófago puede ser causa de estenosis en el mismo, e incluso de la formación de úlceras con potencial de malignización (úlcera de Barret). Los síntomas respiratorios son secundarios a la aspiración del alimento regurgitado o vomitado dando lugar a neumonías de repetición, asma e incluso apneas (pausas respiratorias). Otros síntomas menos graves incluyen hipo frecuente e incómodo, tos, ronquido, opistótonos, movimientos distónicos, hipotonía, y menos frecuente, retraso motor, convulsiones y arritmias. Con la sospecha clínica puede solicitarse un estudio radiológico con contraste de esófago, estómago y duodeno, pero el resultado no se considera definitivo. Más útiles son la esofagoscopia y la monitorización del pH esofágico que nos indican la severidad y el riesgo del reflujo. El tratamiento comienza con la adopción de medidas posturales y la administración de leches antirreflujo (denominadas comercialmente AR) o la dieta adecuada según la edad del niño (espesantes). Se han utilizado diversos fármacos reguladores del tránsito intestinal como complementarios a las medidas generales. Con la asociación de ambos se obtienen buenos resultados en más del 85% de los niños. Cuando fracasa el tratamiento médico está indicado el tratamiento quirúrgico que en nuestros días debe realizarse como primera elección por vía laparoscópica por sus numerosas ventajas: menos secuelas, mejor visión de la zona a reparar, menor estancia hospitalaria, menor índice de complicaciones, etc. Las complicaciones postquirúrgicas son poco frecuentes e incluyen la recidiva del RGE (menos del 2% de los niños intervenidos), la aparición de diarreas transitorias por traumatismo sobre el nervio vago y la dificultad para el vómito que desaparece espontáneamente. Dr. Ricardo Diez García Especialista en Cirugía Pediátrica
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Fecha de la última actualización: 2004 |
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